El color de una delicada piel de cebolla

El sutil matiz es un rosado muy claro, levemente asalmonado. Es el que se busca en el nuevo estilo de rosados.
Pelure d’oignon, se lo llama en la Provence. Porque hay vinos rosados con matices muy diferentes. El color depende de la variedad, pero también de la elaboración y el tiempo que se ha dejado el mosto sobre los hollejos; por algo los franceses llaman a los rosados vinos de una sola noche.
Aunque hay noches y noches. Eternas o breves. El tiempo, como decía Einstein, es tan relativo… En todo caso, ese rosado intenso, casi el vintage rosa Dior, ya fue. Se lo asociaba con las señoras y su ropa interior. Rosa para nenas, tinto para nenes. Los aromas pueden ser atenuados o intensos, pero en el caso de los rosé de la modernidad, en boca deben ser secos, frescos y, por lo tanto, tener una buena acidez.
El color se actualiza en casi todas las bodegas que elaboran este vino sutil, cada vez más apreciado en todas las estaciones para almuerzos al sol o, por su versatilidad, para culinarias variadas. Y por gente de todos los sexos. Nunca más banalizado como vino femeni
no light. Especialmente bueno para las gastronomías mediterráneas, peruanas y orientales. Del asado, sólo ciertas achuras.
La tendencia la estrenó hace algunos años Piedra Negra, con su Vuelá, un vino poético que tan bien pega con trillas y con Maurice Ravel. Lo siguieron Luigi Bosca con su Rosé (a Rosé is a rosé is a rosé); iridiscente, irradia una sutil sensualidad. Se suman al presentado por Susana Balbo Wines el año pasado, con un packaging deslumbrante y un contenido asombroso. O el último de Alta Vista. Esta inclinación a nivel internacional por los rosados claros es una de las razones que motivaron la decisión de bodega Alta Vista. El tono menos intenso también es producto de un cambio en la elaboración, en la que se realiza un prensado corto y se cuida al máximo el color, para obtener su particular matiz, tenue y delicado. En este caso, la noche es breve como un suspiro.
Un aspecto importante que se tiene en cuenta al decidir estos cambios es mantener la diversidad de aromas; que estos vinos ofrezcan futas frescas y flores. Todos los vinos de este tipo deben beberse fríos, a una temperatura de entre 7 y 10 grados.