La rosca política - El oficio de los armadores delante y detrás de escena

La Socióloga Mariana Gené nos presentó su libro en el que cuenta todo sobre “el discreto encanto del toma y daca” que circula alrededor de las construcciones políticas, con el Ministerio del Interior como gran protagonista.

“La rosca se basa muchísimo en la confianza, en la cercanía entre pares, en el entender el lenguaje, lo que necesitan unos y otros en una relación que implica cierto tipo de reciprocidad. Los malos armadores políticos son aquellos que ningunean y miran de arriba. El Ministro del Interior todo el tiempo tiene que embarrarse para resolver problemas que tienen que ver con la gobernabilidad y con hacer sostenibles los proyectos políticos. Entre los atributos importantes que tienen que tener, la confianza es uno fundamental. Tienen que inspirar confianza en sus pares, pero también tienen que inspirar autoridad”, sostuvo Gené.

La socióloga estuvo en Puerta Uno junto a Luis Cortina y Astrid Pikielny, donde mencionó algunas cualidades que deben poseer los políticos para poder entablar acuerdos que le aseguren gobernabilidad: “Lo primero que tienen que tener los armadores políticos es un conocimiento profundo de la dinámica del mundo político. Para eso, todos estos personajes que yo entrevisté, de los que doy cuenta en el libro, están hace muchísimo tiempo en la política. Todos ellos empezaron muy jóvenes, en una militancia que arranco quizás en las escuelas secundarias o en la universidad. También a través de la familia. En muchos casos la profesión política se hereda como se heredan otras. Como los médicos y abogados”.

Y continuó: “Después de esos inicios vienen trayectorias muy largas, hechas de disputas al interior de los partidos, de elecciones en universidades y sindicatos, y un aprendizaje que se va tejiendo a lo largo de esa trayectoria, que tiene que ver con un saber práctico. Es decir, saber negociar, llegar a acuerdos, guardar discreción, apretar un poquito y demostrar fuerza de distintas maneras”.

Por otra parte, sostuvo que “la idea de los políticos de no tomarse personal lo que es del mundo de la política es casi como la contracara del lema feminista que dice: 'lo personal es político'”. “Quizás se agreden en público pero después, cuando ya no hay una luz que los ilumine, se tratan por el nombre de pila, comen juntos y llegan a acuerdos. No quiere decir que se hagan amigos, pero si que tienen una relación como de cordialidad. Y eso es algo que también se aprende en esas largas trayectorias. Por un lado un saber práctico y por otro unas redes de contactos que son importantísimas para el trabajo de los armadores”, explicó.

Viernes 13/09/2019
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