Mónica Romero, Bahiense de 60 años, creció experimentando todo tipo de aventuras al lado de su padre. Al ser hija mayor de un matrimonio joven, su progenitor siempre la llevaba a caminar por el campo, al muelle, a pescar e incluso a cazar. Otra de las actividades que ambos familiares realizaron juntos fue recoger a los viajeros o soldados de la carretera, lo que le permitía a una pequeña Mónica escuchar todo tipo de historias sobre viajes y diferentes culturas.
Desde ese entonces, la mujer tuvo un sueño que esperaba realizar algún día: viajar por el mundo. Su anhelo quedó postergado cuando conoció a su esposo, y al igual que sus padres, formaron un matrimonio joven. A los 24 años, Mónica ya tenía tres hijos y empezaba a ser consumida por las responsabilidades del hogar y el trabajo. No obstante, ella nunca nunca abandono su deseo de recorrer varios países. Tomó la decisión cuando tenía 50 años, la cual cambiaría su vida. Mónica adquirió una bicicleta montañera para mantenerse en forma, y empezó a creer que, con el tiempo, podría recorrer grandes distancias. Así fue, a los pocos meses comenzó a organizar viajes a otros pueblos aledaños, e incluso participó de una excursión a los Andes y a la frontera costera de Argentina con Uruguay. Luego abrió aun mas los horizontes conociendo Asia, Europa y mucho mas, siempre en bicicleta y como peregrina, durmiendo en casas de familia y gastando poco.
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