La sustentabilidad, además de resultar un compromiso extendido en toda la sociedad, requiere de ideas innovadoras y que generen resultados concretos. En el caso de la industria de los alimentos, el desecho de estos añade un desafío que propone maximizar la utilización de un alimento para lograr beneficios ambientales, sociales, de costos y de producción. En una gran cantidad de países se están implementado diversas acciones para convertir los desperdicios alimentarios en insumos textiles. De acuerdo a cifras del Foro Económico Mundial, la producción de moda está vinculada al 10% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono y es la segunda mayor consumidora de agua a nivel mundial, producto del teñido de las telas y al cultivo de algodón.
Según un estudio realizado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y la Universidad de Bologna, los consumidores porteños tiran un promedio de 8,4 kg de comida por año en sus hogares (2,9 kg por habitante). En 2016, esto representó un total de 9.500 toneladas de alimentos desperdiciados a nivel urbano. ¿Qué está haciendo Italia, un país a la vanguardia de estos temas, para reducir los desechos alimentarios y darles un nuevo valor?
Uvas, manzanas y naranjas para vestir a la italiana
En Italia, han surgido interesantes propuestas que, además de generar un beneficio para el ambiente y para la empresa productora de alimentos, abre el juego a la producción textil, desde un inicio sustentable y basado en la reutilización. Así, Anna Lanzani, consultora internacional en food marketing y docente del PCyT de la Facultad de Agronomía de la UBA, trae distintos ejemplos nacidos en su país natal. “El tema de los descartes alimentarios, como consumidores, nos moviliza y, también, interesa a las empresas, en este caso “de lujo”, especialmente a aquellas que buscan nuevas ideas”. ¿De qué se tratan estas propuestas? De proyectos nacidos en el ámbito de las colaboraciones y de proyectos con universidades, que buscan crear tejidos a partir de descartes.
En Italia, se produce cada año 1 millón de toneladas de pastazzo, es decir, los descartes de los cítricos que se exprimen en la industria de alimentos y bebidas. Partiendo de los subproductos que genera anualmente la industria procesadora de cítricos, cuya disposición tiene altos costos tanto para la industria del jugo de cítricos como para el medioambiente, una startup de menos de 10 años pensada por dos italianas, Orange Fiber, investigó sobre cómo transformar la parte fibrosa del pastazzo en un hilado similar a la seda. El resultado fue la creación de tejidos de alta calidad para el sector de la moda y el lujo, como automóviles de alta gama. Por el momento, las producciones nacidas a partir de estos tejidos son limitadas, por lo cual se encuentran enmarcadas en nichos exclusivos. En cuanto al público, no se trata de personas meramente veganas, sino que es gente seducida por la idea de vestirse a partir de fibras obtenidas a partir de descartes de alimentos.
En la región del Piamonte, sucede algo similar, pero se trabaja con fibras provenientes de los descartes de la uva. En este caso, la empresa que lleva adelante esta tarea es Vegea, una startup más avanzada que la mencionada con anterioridad, porque cuenta con más colaboraciones y alianzas.
Adriana Santonocito, entrevistada por Anna Lanzani, combinó sus conocimientos en la industria de la moda con su interés por potenciar los recursos naturales de Catania (Sicilia), su tierra natal, generar trabajo a la población y aportar valor agregado a los productos de moda. Así, la CEO de la startup Ohoskin, trabaja con el descarte de naranjas, entre otras materias primas, para crear un textil similar al cuero, un material elegido por muchas marcas que buscan transmitirle a su consumidor su compromiso con el ambiente. “Quería ayudar a la moda en esta transición a la sostenibilidad y, al mismo tiempo, crear valor para mi tierra”. En busca de extender su proyecto basado en la economía circular a otros países, Santonocito trabaja continuamente en la búsqueda de inversiones y en el crecimiento de las colaboraciones con diversas empresas.
Experiencias con aroma a café
Camisetas realizadas a partir de residuos de café molido y de botellas plásticas recicladas son parte del portfolio de la empresa Yingtex, con sede en Taiwán, así como de ECOALF, una firma española de indumentaria que, en la búsqueda de tejidos sustentables de excelencia, buscó generar alianzas para identificar qué elementos, a través del tamiz de la tecnología, podrían ser reutilizados y convertidos en textiles. Así, se logró transformar posos de café en granza, que se recogen cada día en las cafeterías y se transforman a través de un proceso tecnológico, en hilados flexibles y resistentes al mezclarse con la granza de PET o nylon, ya que por sí mismos, los posos de café no pueden convertirse en hilo. De esta forma el hilo obtenido contiene de forma natural todas las propiedades que le da el café, sin tener que recurrir a acabados químicos.
En la Argentina
En nuestro país, la viabilidad de utilizar los descartes de la industria alimentaria ha recibido atención por parte de las universidades nacionales, entre ellas, la UTN. Al igual que en otros ejemplos mencionados, se ha trabajado con los cítricos en pos de crear una fibra que pueda utilizarse en la industria textil. El desarrollo de este proyecto originado en el seno de la academia requiere de una viabilidad económica que justifique continuar con los trabajos de investigación y la búsqueda de posibles alianzas o de inversores.
No todas las experiencias nacionales se han enfocado en la obtención de textiles. Como ejemplo, investigadores del INTA en Entre Ríos han evaluado la incorporación del bagazo cítrico a las dietas de rodeos destinados a la producción de carne y leche, como una oportunidad para la suplementación de rumiantes.
El PCyT-FAUBA y una diplomatura dedicada a la Sustentabilidad en la Industria de los Alimentos
La Diplomatura en Sustentabilidad en la Industria de los Alimentos, diseñada por el PCyT-FAUBA, dicta un programa de capacitación transversal que brinda los conocimientos y las herramientas de gestión que permiten evaluar, diseñar o implementar eficazmente programas de sustentabilidad relacionados con alimentos, así como mejorar y actualizar los conocimientos en temáticas relacionadas con la sustentabilidad en la producción de materia prima, industrialización, comercialización, entrega de alimentos y gestión de residuos. En el marco de los cursos de capacitación, también se puede optar por tomar cursos de la Diplomatura en forma puntual, en función de las temáticas de interés.