Un decreto de Javier Milei bajó la edad para poder obtener la tenencia de armas a los 18 años. Hasta esa semana, una persona tenía que tener 21 años cumplidos para poder ser legítimo usuario, tal como marcaba una ley de hace 50 años. Ahora, lo que está en discusión es si un chico de 18 años está capacitado psicológicamente para tener y usar un arma.
¿Qué pasa entre algunos funcionarios del gobierno a los que les gusta exhibir y ostentar el hecho de estar habilitados para tener un arma?
El decreto lleva la firma de Patricia Bullrich. La Ministra, hace varios años, ya había generado polémica cuando lanzó la famosa frase: “El que quiera andar armado que ande armado”.
Esa premisa que tanta polémica levantó en su momento, hoy el Gobierno de Milei no la posiciona fuera del espectro oficialista. Por el contrario, forma parte.
Recientemente, circuló un video de Santiago Caputo, tal agente secreto y en camisa disparando al blanco en movimiento.
Otra acérrima defensora de la tenencia libre es la vicepresidenta Victoria Villarruel que, alejada del presidente, mantiene este punto en común. Admitió, incluso, que tienen credencial de legítima usuaria. “Nosotros lo que queremos es que el ciudadano de bien se pueda defender”, argumentó sobre su deseo de ampliar el uso.
Sin embargo, más allá de las voces a favor o en contra de la nueva normativa, quienes reciben estos mensajes también tienen que saber que, cuando te paras frente a una persona con un arma, estás frente a un decisión crítica: es tu vida o la del otro. Quienes ven estos mensajes tienen que saber que un arma en una casa es un peligro. La responsabilidad de tener un arma es inmensa y este es un punto en el que le está faltando hacer énfasis al Gobierno en su discurso