En esta edición de El que calla otorga conversamos con el politólogo Gustavo Marangoni, quien analizó los resultados electorales y las nuevas coordenadas del mapa político argentino.

En diálogo con Marcelo Veneranda, el analista planteó que el voto estuvo atravesado por dos tipos de miedo: el miedo al pasado y el miedo al futuro.
“El Gobierno planteó la legislativa como un plebiscito en el cual no había que regresar al populismo kirchnerista —explicó—. No importa el nivel de coherencia intelectual, lo que importa en estas narrativas es si funcionan como artefacto político, y evidentemente a una parte del electorado le sirvió”.

Según Marangoni, el electorado más blando actuó por temor a un escenario de crisis inmediata: “Muchos que habían votado a Milei en 2023 y ya no estaban tan conformes, temían qué pasaba si el Gobierno perdía el lunes. Era demasiado temprano para lágrimas”.
En ese sentido, describió a los votantes argentinos como un electorado “quirúrgico”, capaz de apoyar a oficialismos provinciales y nacionales sin ver contradicciones.

Respecto de la oposición, el politólogo observó que el peronismo “arrastra problemas en el interior del país” y que, aunque conserva un bloque de 99 diputados y 28 senadores, “está lejos de ser una alternativa para 2027 si a Milei le va bien”.
“La política nacional —resumió— sigue estructurada en torno a dos culturas: la del peronismo y la del no peronismo. Gana el que no se divide y el que tiene una jefatura clara. Hoy, quien la tiene es el no peronismo, con un liderazgo atípico de rasgos plebeyos”.

Sobre las tensiones internas del PJ, analizó la puja entre Cristina Fernández de Kirchner y Axel Kicillof: “Esa interna latente se expresó simbólicamente en el baile de Cristina en el balcón: tenía un solo espectador, y era Axel Kicillof”.

Finalmente, el politólogo recordó que “ganar una elección es muy importante, pero no lo es todo. En la política se necesitan más destrezas para administrar las victorias que las derrotas».

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