EL INOPORTUNO DESPIDO DE 24 POLICÍAS Y EL OPORTUNISMO DE LA LIBERTAD AVANZA; POR CECILIA DI LODOVICO

EL INOPORTUNO DESPIDO DE 24 POLICÍAS Y EL OPORTUNISMO DE LA LIBERTAD AVANZA; POR CECILIA DI LODOVICO

Inoportuno.
En política, hay un factor que puede marcar la diferencia entre una victoria y una derrota: el tiempo.
Manejar los tiempos con inteligencia puede desactivar una bomba… o hacerla estallar.

Esto lo supo bien Cristina Kirchner, que se postuló como candidata en las elecciones legislativas de septiembre, justo antes de que la Corte Suprema confirmara su condena. Hoy cumple prisión domiciliaria con tobillera electrónica.
Esa habilidad para jugar con el calendario parece haber desaparecido en el gobierno bonaerense, que firmó el desplazamiento de 24 policías acusados de organizarse políticamente en favor de Maximiliano Bondarenko, ex policía y flamante candidato de La Libertad Avanza. Un completo desconocido hasta entonces para la mayoría de la opinión pública.

¿Se puede ser más inoportuno?

Con una sola firma, la administración de Axel Kicillof le regaló a la oposición el mejor spot de campaña.
La tropa de Patricia Bullrich se enteró por los diarios y, con la velocidad de tiburones que huelen sangre, saltaron sobre el tema. Lograron victimizar no solo a los policías expulsados, sino también al propio Bondarenko, que incluso se quebró en vivo. Esa imagen fue la frutilla del postre.

Pocos se detienen a preguntarse si, en efecto, la delegación completa de la Superintendencia de la Policía Ecológica —donde prestaban funciones los acusados— hacía espionaje o militancia partidaria con recursos provinciales para beneficiar a La Libertad Avanza. O si Bondarenko preparaba un complot.
La discusión ya se corrió de eje.

Se puede decir que al equipo de Kicillof no solo le salió el tiro por la culata, sino que además se disparó en el pie.
Hay una investigación judicial y otra administrativa en curso. Es probable que, eventualmente, los agentes terminen fuera de la fuerza. Pero otra vez, el factor tiempo juega en contra del oficialismo y a favor de la oposición: La Libertad Avanza ya planea poner abogados a cada uno de los policías para embarrar la cancha y estirar la causa por años.

Todo esto ocurre mientras otra polémica envuelve al kirchnerismo: la propuesta del senador Oscar Parrilli de prohibirles a los policías el uso del baño del Congreso. Una idea tan innecesaria como inoportuna, que le dio letra a la oposición durante días y volvió a mostrar al oficialismo corriendo detrás de la agenda.

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¿QUÉ PASA CON LA SEGURIDAD EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES?; POR CECILIA DI LODOVICO

¿QUÉ PASA CON LA SEGURIDAD EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES?; POR CECILIA DI LODOVICO

El asalto y ataque al periodista Gómez Rinaldi en Recoleta fue el último de una serie de hechos violentos que se vienen registrando en las últimas semanas en la Ciudad de Buenos Aires. Un cúmulo de episodios que deja en el aire una sensación conocida para los bonaerenses, y que nos obliga a preguntarnos: ¿sigue siendo segura la Ciudad?

Repasemos.
Gómez Rinaldi recibió dos puntazos cuando intentó recuperar su celular, que le habían arrebatado justo cuando estaba por subirse al colectivo 39.

Apenas un día antes, no fue un día más. En los dos extremos del territorio porteño se registraron situaciones similares, que terminaron con un delincuente muerto y otro herido.

Por la mañana, en Barracas, un subcomisario de la Policía de la Ciudad le disparó dos veces a un motochorro que le rompió el vidrio del auto con un fierro e intentó asaltarlo. El cómplice del herido escapó ni bien escuchó los disparos.

Horas más tarde, en Almagro, un agente de la Policía Federal baleó a otro delincuente que intentaba robar un auto estacionado, también rompiendo una ventanilla. Cuando el ladrón sacó un arma, el efectivo reaccionó más rápido y le disparó en una pierna.

A comienzos de semana, otra secuencia incluyó persecución y tiros tras el robo de una camioneta a una mujer en Villa Devoto.

Es como si los márgenes de la inseguridad del conurbano avanzaran con lentitud, pero con paso firme, sobre el territorio porteño. Un territorio que hasta no hace mucho parecía blindado ante este tipo de episodios.

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EL CASO THIAGO CORREA Y LA FALTA DE RESPUESTAS; POR CECILIA DI LODOVICO

EL CASO THIAGO CORREA Y LA FALTA DE RESPUESTAS; POR CECILIA DI LODOVICO

Finalmente, la Justicia decidió liberar al policía responsable de la muerte de Thiago Correa, el nene de 7 años baleado en la cabeza mientras esperaba el colectivo en una parada de Ciudad Evita.

La determinación judicial deja una sensación de desolación total. Primero, ante la inseguridad. Después, frente a las ambiciones políticas que terminaron por devorar cualquier atisbo de humanidad.

Antes de que su muerte fuera oficialmente confirmada, Thiago pasó de ser una víctima a convertirse en rehén de la disputa entre Nación y Provincia. De un lado, la inoperancia de Kicillof ante una crisis de seguridad evidente; del otro, la fría reacción de Bullrich, más preocupada por capitalizar el hecho que por comprender su gravedad.

Según el lugar que se ocupe en la grieta, una verdad tapa a la otra. Pero ambas verdades —el descontrol policial y el abandono estatal— conviven en una dolorosa armonía.

Nadie cree que el policía Facundo Fajardo haya querido matar a un nene. Pero tampoco hay dudas de que actuó con una irresponsabilidad inaceptable. Su deber era proteger, y en cambio vació el cargador sobre una amenaza que ya escapaba. Terminó matando a un inocente.

El juez y el fiscal coinciden en que hubo un exceso en la legítima defensa: un homicidio. Para el juez, sin intención. Para el fiscal, con conocimiento de que disparar de ese modo podía terminar en tragedia.

En cuanto a los delincuentes que lo asaltaron, aquellos a quienes Bullrich intentó responsabilizar por la muerte de Thiago, seguirán detenidos, imputados por tentativa de robo agravado. Podrían recibir hasta diez años de prisión.

Fajardo, en cambio, irá a juicio en libertad. Una de cal y una de arena para él. El juicio definirá su futuro mientras carga con el peso de una vida que no podrá devolver, como su padre cargó a Thiago en brazos durante sus siete años.

Nada de lo que digan sus defensores o detractores en el mundo de la política podrá cambiar eso.

Mientras tanto, los padres de Thiago —los únicos que no eligieron estar en esta guerra— suplican por una justicia sin grietas para su hijo.

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LA HERENCIA DE BEATRIZ SARLO Y EL CUENTO DEL ENCARGADO; POR CECILIA DI LODOVICO

LA HERENCIA DE BEATRIZ SARLO Y EL CUENTO DEL ENCARGADO; POR CECILIA DI LODOVICO

Si el episodio del portero y Beatriz Sarlo fuera un cuento, sería simple, bello, y hasta arrancaría más de una sonrisa.

«Quedás a cargo de mi departamento después de mi muerte, y también quedás a cargo de mi gata Niní, que te aprecia tanto como te aprecio y valoro yo», dice, con sencillez, el supuesto testamento: una nota escrita a mano, con birome.

Si ese documento es real, Sarlo dejó plasmada —con muy pocas palabras— la gran obra de su vida. Imaginémosla como una picardía post mortem que terminó catapultándola al gran público, lejos de los libros y más cerca de LAM.

En ese caso hipotético, parece poco probable que desconociera que su decisión despertaría un escándalete digno de los programas vespertinos.

Enfrascados en nuestra burbuja cultural, no habíamos reparado en que a la reconocidísima Sarlo le faltaba un último territorio por conquistar: la intimidad de la masividad.

Y fue esta semana, con esta inesperada novedad, que Sarlo llegó a los programas de la tarde, donde los conductores contaron —con pasión— una trama que tiene un villano con nombre perfecto para un cuento: el portero Melanio Alberto Meza.

Todo comenzó cuando amigos de la intelectual se alarmaron al ver en venta los discos del cineasta Rafael Filippelli, última pareja de Sarlo, ya fallecido.

Se entiende eso de aferrarse a lo material. Pero, ¿había pedido la pareja mantener a salvo esos discos? ¿O habrían querido que cumplan otra función más allá del recuerdo inerte? ¿Habrían querido que vuelvan a sonar? ¿Significaban algo para ellos?

¿Somos ideas o somos cosas? ¿Dejamos una huella material o conceptual? Pensamientos demasiado profundos para debatir un sábado a la tarde, pero inevitables en este caso.

También fueron sus propios amigos quienes nos tranquilizaron al informar que la obra de Sarlo —esa que ella misma quería que perdure— está a salvo y en buenas manos.

En el medio quedó herido el marido, Alberto Sato, quien se presentó como heredero al conocer la pretensión de Meza.
La Justicia fue clara: un rotundo no con todas las de la ley. Estaban separados de hecho hace más de 50 años. Ningún juez puede reescribir el Código Civil para sacar del medio a un portero.

Ahora bien, si la nota no fuera real —algo que un peritaje definirá—, y si todo se tratara de un plan cruel para usurpar la casa de Sarlo, hay que decir que Meza, con sus supuestas malas intenciones, nos regaló una curiosa pero efectiva forma de volver a poner en escena a la ensayista: una de las analistas más importantes y lúcidas de este complejo pero animado país, que hoy la tiene —una vez más— como protagonista.

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SEGURIDAD FRENTE AL DESAFÍO DE LA PRISIÓN DE CFK; POR CECILIA DI LODOVICO

SEGURIDAD FRENTE AL DESAFÍO DE LA PRISIÓN DE CFK; POR CECILIA DI LODOVICO

Esta semana estuvo signada por el bombazo de la prisión CFK, que finalmente será domiciliaria. CFK, dos veces presidenta, una vice y una indiscutida protagonista de la política argentina, ahora de la oposición, con un intento de homicidio a cuestas, no será nada fácil de custodiar.

La novedad también generó pequeños estallidos, movilizaciones y cortes en diferentes accesos a la capital federal, por ahora, el protocolo antipiquetes queda a un lado para evitar un mal mayor.

No será de extrañar que los sectores cirstinistas más férreos intenten algún tipo de golpe de efecto violento como el ataque al edificio de TN y canal 13. Los panfletos que sobrevolaron en la puerta de Paseo Alcorta con una amenaza en relación al encierro de Cristina en la sede de PFA en Cavia, es otro ejemplo que, esperemos, quede en espuma.

Tapado por CKF quedó otro hecho preocupante: la muerte de Thiago Correa, el nene de 7 años baleado por un policía federal que se defendía de un robo. También mató a un ladrón con los 11 tiros que disparó de su arma reglamentaria.
El policía, Facundo Fajardo, recibió el respaldo de Bullrich y el caso puso sobre la mesa, una vez, más, la inseguridad en el conurbano.

Fajardo, cuando fue abordado por los 4 ladrones, estaba con su mamá a la parada de colectivos en Ciudad Evita. Según transmitieron sus compañeros, la mujer lo solía acompañar por miedo a los robos en la zona.

En cambio Thiago, iba en hombros de su papá, contento y en camino a la casa de su mamá con quien nunca puedo encontrarse.

¿Debería ser encarcelado el policía? ¿Debería estar en su casa?

Son preguntas que deja el caso sobre el mesa y que deberán ser discutidas no solo por la política si no también por la sociedad.

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JUSTICIA DIVINA Y BOBA: EL CASO MAKINTACH; POR CECILIA DI LODOVICO

JUSTICIA DIVINA Y BOBA: EL CASO MAKINTACH; POR CECILIA DI LODOVICO

Qué difícil es creer que nadie se dio cuenta. Julieta Makintach, como bien dijo su colega Di Tomasso, manchó a la Justicia argentina. Pero ¿fue ella sola? ¿No fue acaso Justicia Divina —el documental que protagonizó— la obra maestra que muestra con crudeza la verdad de la milanesa? Que la Justicia no solo es divina… también es boba.

Makintach no es, ni será, la primera jueza argentina que se sube a un pedestal para “resolver”, como ella misma dijo, los problemas de la sociedad. Lo insólito es hacerlo mientras actúa en una película sobre la muerte de Diego Maradona, uno de los íconos más complejos y polémicos del país. ¿Una magistrada protagonizando un documental mientras sigue en funciones? Parece un guion de ficción judicial.

¿Se creen los jueces seres superiores al resto de la humanidad? Tal vez sostener el ego desde el estrado sea parte del trabajo: al fin y al cabo, deciden sobre el destino de quienes caen bajo su mirada, transformados en expedientes.

Pero cuando esa actitud se vuelve carne, cuando la encarnan, los aleja de la realidad. Señores jueces: ustedes también son humanos. También son parte de la sociedad. Así lo remarcó la propia Makintach en el documental Justicia Divina. Y aunque dichas por ella puedan sonar como frases vacías, no lo son. Porque hay una verdad incómoda que se impone: ustedes juzgan, sí, pero también son juzgados. Por la sociedad. Por la opinión pública. Por los medios.

Si no, pregúntenle a la propia Makintach, que se expuso con torpeza ante los ojos de todos, generando un escándalo judicial que aún sacude a Tribunales.

Aclaro: no generalizo. Muchos jueces son probos, nobles y dedicados. Y, a decir verdad, un poco de vanidad nunca viene mal. Por algo son ustedes y no otros los que tienen la responsabilidad de decidir sobre la libertad de las personas. Pero no pueden hacerlo sin ética, sin límites, sin autocrítica.

La breve incursión de Makintach en el mundo de la actuación también dejó al descubierto la falta de agudeza del resto del tribunal y de otros actores del Poder Judicial. ¿Cuántos capítulos más iba a filmar su señoría hasta que alguien la delatara? ¿Nadie lo notó? ¿Ningún colega, secretario, fiscal, defensor, periodista o superior?

Es cierto: la Justicia está representada por una mujer con una venda en los ojos.

Qué distraída. Siempre creí en el cuento de que esa venda simbolizaba la imparcialidad.

¿O será que los bobos somos nosotros?

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