Daniel Rosato, empresario industrial, Presidente de Industriales Pymes Argentinas (IPA) y Vicepresidente de la Unión Industrial de Berazategui, alertó sobre el cierre creciente de fábricas y reclamó que el Gobierno reciba a las Pymes para discutir medidas de competitividad.

En una semana marcada por el cierre de plantas como Whirlpool, SKF, Cramaco y Essen, Rosato conversó con Marcelo Veneranda en El que calla otorga para analizar la situación crítica del sector y el impacto del aumento de importaciones en la industria nacional.

El empresario advirtió que “noviembre es un mes difícil” porque la economía atraviesa “un proceso recesivo que está en aumento”. Según explicó, la apertura comercial generó una dinámica que termina golpeando a las fábricas locales: “Las importaciones aumentaron un 34% contra un 17% de las exportaciones, y esta apertura complica la producción nacional”.

En referencia al panorama dentro de IPA, Rosato señaló que la incertidumbre es total: “Tenemos muchas empresas que están esperando para ver si continúan o dejan. Hay empresas que no pueden aguantar la falta de financiamiento, cuando tenés que pagar salarios produciendo a menos de la mitad”, expresó, y resumió la situación con crudeza: “Los números no cierran”.

De cara a los próximos meses, Rosato fue contundente: “De acá a marzo la situación va a empeorar y mucho. Si la situación no se revierte, necesitamos cambios que generen competitividad para la industria en el país”.

Consultado por las causas de fondo, el empresario habló de un problema estructural: “La raíz es que tenemos altos costos. Somos caros en dólares, con costos impositivos, energéticos, y laborales que no hacen a la competitividad”. Sumó además la presión de impuestos distorsivos como Ingresos Brutos o el Impuesto al Cheque.

En ese marco, cuestionó que el Gobierno aún no los haya recibido: “Pedimos reunión y no la estamos teniendo. Es un error del Gobierno que no nos reciba”, enfatizó. Rosato explicó que IPA elaboró un proyecto alternativo al RIGI: “Armamos un proyecto que se llama RIPI, como el RIGI pero para las Pymes. Queremos tratarlo con el Gobierno, pero nadie nos recibe”.

Respecto del cuadro general, consideró que los problemas no afectan solo a las pequeñas y medianas empresas: “Las grandes empresas también están con problemas. Hay sectores muy castigados y eso genera un efecto dominó en toda la industria”. Y advirtió que la caída de actividad tendrá consecuencias fiscales: “Al Gobierno le cae la recaudación por la caída del mercado interno. Si cierran fábricas, hay más despidos y cae el consumo”.

En ese sentido, planteó que la prioridad debe ser reactivar el mercado interno a través de la producción: “Tenemos que pensar cómo motorizar la producción nacional. Hay que hacer lo que hace EE.UU.”, dijo, recordando que “Trump aumentó aranceles para defender su industria” ante la competencia china. “Es imposible competir con un país que subsidia sus producciones. China ya se autoabastece y subsidia lo que exporta”, advirtió.

 

Sobre el capítulo laboral, Rosato también reclamó previsibilidad: “La industria necesita seguridad jurídica. Un empleador tiene que tomar a un trabajador sin pensar que va a tener problemas el día de mañana” Por eso, sostuvo que “hay que bajar los costos laborales, que son las cargas sociales”.

“Lo que una Pyme necesita es financiamiento: oxígeno para pagar salarios y aguinaldos. Un crédito blando, no al 40%”, sintetizó.

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