En el Gobierno de Javier Milei y Patricia Bullrich, no le tienen miedo a las exageraciones. Esa falta de temor al “que dirán” en el plano discursivo y en el activo “ir fondo”, es probablemente la clave del éxito. Desde el inicio, Bullrich arremetió contra la protesta social con su protocolo anti piquetes, muy cuestionado pero, a la luz de los acontecimientos, efectivo. Milei convocó a Patricia justamente porque necesitaba ese brazo duro en el Ministerio, ante las reformas que preparaba, con el objetivo de “Destruir el Estado”.
Este miércoles, durante el tratamiento de la Ley de Bases, el Gobierno y Bullrich demostraron que no temen reprimir (léase arrojar agua desde carros hidrantes, empujar con los escudos, detener y lanzar gas pimienta) a la clase media, jubilados, maestros, trabajadores y hasta a periodistas y a diputados si es necesario. Incluso, algunos periodistas pidieron explicaciones en grupos de prensa de las fuerzas federales. Del otro lado, silencio. La respuesta está en la calle. La orden es sostener el protocolo.
Del otro lado hubo de todo: destrozos, ataques a las fuerzas federales que tuvo heridos entre sus filas, quemaron el auto de Cadena 3 y dieron vuelta otros dos, tiraron bombas molotov, a uno de los detenidos le encontraron una granada de gas. El Gobierno porteño, estimó los costos de las reparaciones por los destrozos en 278 millones de pesos.
A la tarde noche llegó el tuit con la polémica más grande de la jornada: La Oficina del Presidente felicita a las Fuerzas de Seguridad por su excelente accionar reprimiendo a los grupos terroristas que con palos, piedras e incluso granadas, intentaron perpetrar un golpe de Estado, atentando contra el normal funcionamiento del Congreso de la Nación Argentina.
El fiscal federal Carlos Stornelli pidió prisiones preventivas a los 35 detenidos por delitos contra el orden público, sedición y el agravante de acciones terroristas y otros delitos como estragos. Se desconoce si entre los acusados se encuentran las personas que llegaron a la protesta e incendiaron el móvil de Cadena 3: la escena más violenta y dramática de la jornada
Escuchá la columna completa acá