Para eso, Ramón Indart conversó con Irina Moroni economista jefa de la Fundación Capital, quien trazó un panorama sobre las fortalezas del país, los riesgos pendientes y las condiciones necesarias para consolidar la macroeconomía.
Moroni destacó que Argentina cuenta hoy con dos fortalezas clave: por un lado, “el resultado electoral y la mayor gobernabilidad” como impulso interno; por el otro, “el contundente apoyo de Estados Unidos”, un factor externo que podría ser decisivo si se aprovecha de manera estratégica.
A partir de ese diagnóstico, la economista planteó que el desafío central es ordenar y clarificar los cuatro vectores de la macroeconomía: el fiscal, el monetario, el cambiario y el financiero. Si bien destacó el avance en el equilibrio presupuestario, remarcó la necesidad de sentar definiciones claras en el plano monetario y cambiario, así como de reconstruir un sistema financiero que vuelva a canalizar crédito hacia el sector privado.
En esa línea, Moroni subrayó la importancia de acumular reservas para dar previsibilidad, algo que —según explicó— la región ya comprendió: “Todos los países fueron fortaleciendo su posición externa porque funciona como un reaseguro ante shocks”. Mientras los vecinos superan el 15% del PBI en reservas, Argentina se mantiene en un 6%.
Pero además de la estabilidad macro, la economista insistió en otro gran desafío: volver a crecer y a crear empleo. Recordó que, tras los shocks recientes, la actividad logró recuperarse, pero el empleo registrado no acompañó: se perdieron unos 140 mil puestos, parcialmente compensados por el aumento del cuentapropismo. “El reto es que el crecimiento sea más generalizado y vuelva a generar trabajo”, señaló.
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