El título entregado a Rosario Central terminó convirtiéndose en el detonante de una controversia que trascendió lo deportivo: un trofeo cuestionado, una avalancha de mensajes en redes y una serie de críticas e investigaciones que pusieron a Claudio “Chiqui” Tapia en el centro de la escena.

Para entender cómo se movió la conversación digital y qué impacto tuvo en la agenda pública, Ramón Indart convocó en De Lejos No Lo Ves a Pablo Pérez Paladino, miembro de la consultora Enter Comunicación.

Según el especialista, la reacción del plantel de Estudiantes al negarse a realizar el pasillo al campeón designado por la AFA marcó un punto de inflexión que potenció la atención mediática. Desde allí, Twitter se transformó en el núcleo del debate, concentrando más del 90% de la conversación, en su mayoría con un tono fuertemente negativo hacia Tapia.

Pérez Paladino destacó que el episodio “generó mucho más repercusión que Andis o la renuncia de Espert”, porque permitió que la opinión pública —sobre todo la del hincha— expresara críticas que venían acumulándose sobre la conducción del fútbol argentino.

Con Verón posicionado como figura emblemática del “lado de los buenos” y un Gobierno que leyó rápidamente el clima social, la polémica escaló hasta convertirse en un fenómeno político, mediático y deportivo que continúa creciendo en dimensión.

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