El asalto y ataque al periodista Gómez Rinaldi en Recoleta fue el último de una serie de hechos violentos que se vienen registrando en las últimas semanas en la Ciudad de Buenos Aires. Un cúmulo de episodios que deja en el aire una sensación conocida para los bonaerenses, y que nos obliga a preguntarnos: ¿sigue siendo segura la Ciudad?
Repasemos.
Gómez Rinaldi recibió dos puntazos cuando intentó recuperar su celular, que le habían arrebatado justo cuando estaba por subirse al colectivo 39.
Apenas un día antes, no fue un día más. En los dos extremos del territorio porteño se registraron situaciones similares, que terminaron con un delincuente muerto y otro herido.
Por la mañana, en Barracas, un subcomisario de la Policía de la Ciudad le disparó dos veces a un motochorro que le rompió el vidrio del auto con un fierro e intentó asaltarlo. El cómplice del herido escapó ni bien escuchó los disparos.
Horas más tarde, en Almagro, un agente de la Policía Federal baleó a otro delincuente que intentaba robar un auto estacionado, también rompiendo una ventanilla. Cuando el ladrón sacó un arma, el efectivo reaccionó más rápido y le disparó en una pierna.
A comienzos de semana, otra secuencia incluyó persecución y tiros tras el robo de una camioneta a una mujer en Villa Devoto.
Es como si los márgenes de la inseguridad del conurbano avanzaran con lentitud, pero con paso firme, sobre el territorio porteño. Un territorio que hasta no hace mucho parecía blindado ante este tipo de episodios.
Escuchá la columna de Cecilia Di Lodovico acá