ADEMÁS DE LA REFORMA LABORAL Y TRIBUTARIA, EL GOBIERNO BUSCA IMPULSAR UNA REFORMA DEL CÓDIGO PENAL; POR HERNÁN CAPPIELLO

ADEMÁS DE LA REFORMA LABORAL Y TRIBUTARIA, EL GOBIERNO BUSCA IMPULSAR UNA REFORMA DEL CÓDIGO PENAL; POR HERNÁN CAPPIELLO

En una nueva edición de Gambito de Datos, Hernán Cappiello realizó su editorial con un repaso de la semana política y judicial en Argentina. La pelea con la AFA, Milei y su discruso, Santilli y la negociación con los gobernadores, presupuesto, código penal y todas las reformas por venir.

 

 

«El discurso oficial se nutre de la controversia. Milei crece cuando choca contra sus diversos enemigos políticos. Sin embargo  esta semana se lo vio silencioso ante la polémica y el conflicto en torno a la AFA. Sin duda, hubo una decisión de no ir al choque tan directamente contra el Chiqui Tapia», señaló.

 

 

Meintras tanto, el Gobierno continúa disfrutando de la tranquilidad que le generó su triunfo electoral y estrena su nuevo Gabinete. Llegó Santilli al puesto de Ministro del Interior, llegó Adorni a la Jefatura de Gabinete; y sigue avanzando con una agenda parlamentaria donde está imponiendo sus prioridades.

 

 

Estas prioridades son la reforma laboral e impositiva. Además del presupuesto, objetivo central del Gobierno en este diciembre. Sin embargo, el oficialismo va por más y busca enviar al parlamento el anteproyecto del nuevo código penal.

 

 

Cappiello explicó la singularidad de este proyecto ya que «hace más de 100 años que no hay una reforma integral del código penal. Lo que hubo son parches».

 

 

Además, destacó que la reforma ingresará al Congreso con dos particularidades: sale del escritorio de Patricia Bullrich con un artículo que propone declarar la imprescriptibilidad de los delitos de corrupción. Esto es una novedad que no estaba en todos los proyectos anteriores.

 

 

Escuchá el editorial completo acá

 

 

ACÁ FALLARON TODOS:APREVIDE, MINISTERIO DE SEGURIDAD BONAERENSE, AFA, CONMEBOL E INDEPENDIENTE; POR CECILIA DI LODOVICO

ACÁ FALLARON TODOS:APREVIDE, MINISTERIO DE SEGURIDAD BONAERENSE, AFA, CONMEBOL E INDEPENDIENTE; POR CECILIA DI LODOVICO

A esta altura no hay dudas de que los verdaderos violentos de la U de Chile —los que destrozaron los sanitarios y pasaron gran parte del primer tiempo lanzando proyectiles a la hinchada local— ya no estaban en la tribuna cuando la barra de Independiente decidió “hacer justicia por mano propia”. La seguridad privada estaba desbordada.

Lo más grave: pese a los desmanes, la policía no apareció. El ministro Alonso alegó que desde la Aprevide habían pedido suspender el partido y que la Conmebol no los escuchó. Una justificación insólita. Tan insólita como que la Conmebol ignorara a las autoridades locales mientras las cámaras mostraban con claridad los delitos que se estaban cometiendo. Son delitos de acción pública, que requieren intervención inmediata.

Entonces, ¿qué pasó? ¿Pesó más la decisión de una entidad deportiva que el riesgo de vida de miles de personas dentro de un estadio? ¿Y la AFA? Optó por hacerse la distraída mientras la parcialidad local tomaba con facilidad la tribuna visitante.

El fiscal Mariano Zitto tuvo que revisar uno por uno los casos de más de 100 hinchas chilenos detenidos fuera del estadio por la Bonaerense. Ninguno tenía antecedentes violentos. Todo indica que los detenidos eran simpatizantes comunes —no barras—, golpeados y desnudados por la barra de Independiente. Ninguno de los protagonistas de la escena más brutal terminó detenido. ¿Sorprende? No.

El escándalo escaló tanto que intervino el propio Estado chileno y hasta el presidente del país vecino reclamó por la situación. Finalmente, todos fueron liberados: no había pruebas que los vincularan con los incidentes.

Quedan demasiadas preguntas abiertas. ¿Cómo se dispuso a la hinchada visitante debajo de la local sin siquiera colocar una contención? ¿Qué rol cumplió el Ministerio de Seguridad de la Nación y Migraciones? ¿Hubo coordinación con las autoridades chilenas o falló ese primer filtro?

Preguntas que, como tantas veces en el fútbol argentino, difícilmente encuentren respuesta.

Escuchá la columna de Cecilia Di Lodovico acá