LUCES AMARILLAS EN EL PRESUPUESTO; POR MARCELO VENERANDA

LUCES AMARILLAS EN EL PRESUPUESTO; POR MARCELO VENERANDA

El país está en camino a volver a tener presupuesto. Con la media sanción en Diputados, resta ahora el paso por el Senado para convalidar lo que el propio oficialismo define como “la más importante de todas las leyes”.

 Porque en el presupuesto no solo se ordenan números: ahí se expresa una ideología y una concepción de futuro. “En el presupuesto se ve qué país imagina un gobierno”, sostuvo Marcelo Veneranda al abrir su editorial en El que calla otorga.

El déficit cero y el superávit fiscal aparecen como ejes centrales del proyecto, junto con el objetivo de sostener una inflación contenida. Pero el contraste aparece con fuerza cuando se lo compara con el presupuesto de 2023.

Algunos datos son elocuentes: los becarios del Conicet pasan de 13.550 en 2023 a 10.104 en la proyección actual. Las obras de agua y cloacas caen de 598 previstas a apenas 56. Las tasas bonificadas para empresas, que alcanzaban a 80 mil firmas, directamente desaparecen. Tampoco figuran ya la garantía del 6% del PBI para educación ni el objetivo de llevar la inversión en Ciencia y Tecnología al 1%.

“El Fondo Nacional para Escuelas Técnicas desaparece”, remarcó Veneranda. Y aunque el Fondo para Educación y Cultura muestra una suba interanual del 4%, comparado con 2023 implica una caída real del 48%. Las universidades nacionales pierden un 33%, las becas estudiantiles un 76%, el Conicet un 39% y la ANDIS un 27%.

Toda la atención estuvo puesta en la caída del artículo que derogaba la ley de emergencia en discapacidad. Pero, como advirtió el conductor, “Para un Gobierno Que busca desarrollar el capital humano, dejar de invertir en ciencia, educación y salud es olvidarse de algo muy importante”. 

RAÚL TIMERMAN: «SI NO HAY UNA RECUPERACIÓN DEL CONSUMO, EL GOBIERNO VA A ENTRAR EN UN SERIO DECLIVE»

RAÚL TIMERMAN: «SI NO HAY UNA RECUPERACIÓN DEL CONSUMO, EL GOBIERNO VA A ENTRAR EN UN SERIO DECLIVE»

En un jueves marcado por la alta temperatura de la agenda política, en una nueva edición de El que calla otorga convocamos a Raúl Timerman, analista y consultor político, director de La Sastrería, para analizar el momento del Gobierno, el estado de la oposición y los escenarios que empiezan a configurarse rumbo a 2027.

 Con un oficialismo que, tras las elecciones del 26 de octubre, exhibe solidez política y capacidad de iniciativa, pero que encuentra límites en el Congreso —como quedó expuesto en la fallida aprobación del Capítulo 11 del Presupuesto—, la conversación giró en torno a los puntos de fortaleza y fragilidad del Gobierno de Javier Milei.

En diálogo con Marcelo Veneranda, Timerman sostuvo que el Gobierno atraviesa actualmente una etapa de fortaleza, aunque recordó que durante el último año atravesó tres momentos de desgaste significativo. El primero, en septiembre del año pasado, tras el doble veto a la movilidad jubilatoria y al financiamiento universitario; el segundo, en febrero, con el impacto del caso Libra, percibido socialmente como un hecho de corrupción; y el tercero, en julio, cuando se profundizó el conflicto con el Congreso por los vetos, sumado a la difusión de audios que aceleraron el declive político del oficialismo.

Según explicó, ese proceso se revirtió a partir del respaldo explícito de Estados Unidos, materializado en el apoyo de Scott Bessent y de Donald Trump, lo que permitió recomponer expectativas entre los votantes afines al Gobierno.

Timerman también se refirió a la estrategia oficialista en el Congreso y al uso del conflicto como herramienta política. A su entender, la inclusión de ciertas derogaciones en el debate presupuestario no respondió a una lógica económica, sino ideológica: “El Gobierno se siente cómodo en el conflicto”, sintetizó.

Al analizar a la oposición, el consultor fue crítico con la falta de una alternativa electoral atractiva. Señaló que la conformación de Fuerza Patria en la provincia de Buenos Aires no logró una verdadera unidad política y que la candidatura nacional careció de peso territorial y capacidad de seducción. En esa dirección, también remarcó que muchos intendentes priorizaron la disputa local para conservar poder en sus distritos, pero luego relegando la estrategia nacional.

El punto de mayor alerta para el oficialismo, advirtió, está en el frente económico y social. “Si no hay una recuperación del consumo, el Gobierno va a entrar en un serio declive”, afirmó. En ese sentido, enumeró la pérdida de puestos de trabajo, el cierre de comercios e industrias y la falta de impacto del ingreso de inversiones en sectores como energía y minería, que no generan empleo masivo ni reactivan el mercado interno.

Finalmente, Timerman analizó los movimientos dentro del peronismo y subrayó la importancia política de la visita de Axel Kicillof a Formosa y sus acuerdos con Gildo Insfrán, interpretados como una señal de reordenamiento interno. Según planteó, Kicillof busca primero consolidar su liderazgo dentro del peronismo y luego ampliar el espacio hacia otros gobernadores, entendiendo que “con el peronismo solo no alcanza”.

De cara al futuro, anticipó que 2026 será un año eminentemente político, en el que comenzarán a perfilarse con mayor claridad los actores que competirán en 2027.

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CYNTHIA BENZION: «ESTA REFORMA LABORAL ES INCLUSO PEOR QUE LOS BORRADORES QUE CIRCULARON ANTES»

CYNTHIA BENZION: «ESTA REFORMA LABORAL ES INCLUSO PEOR QUE LOS BORRADORES QUE CIRCULARON ANTES»

El tema que va a dominar la agenda de fin de año es, sin dudas, la reforma laboral. El Gobierno busca aprobarla antes de cerrar el año, al menos en el Senado, aunque por los tiempos legislativos eso ya parece difícil. Aun así, todo indica que la discusión seguirá abierta durante los próximos meses. Y si bien el oficialismo la presenta como “modernización laboral”, merecería un debate mucho más profundo que el que se está habilitando.

En esta edición de El que calla otorga , convocamos a Cynthia Benzion, abogada laboralista, expresidenta e integrante de la Asociación de Abogados y Abogadas Laboralistas (AAL). Reconocida por su experiencia en temas de derecho laboral, Benzion es una de las voces más consultadas para entender los alcances de las reformas propuestas en el ámbito laboral.

En diálogo con Marcelo Veneranda, Benzion aclaró que, en principio, : “Este proyecto no tiene definición respecto de su aplicación temporal. Cuando una ley no dice a partir de cuándo entra en vigencia ni si aplica para atrás, se entiende que no es retroactiva y que solo podría ser aplicada a las relaciones que surjan después de esta ley”. Sin embargo, aclaró que con la Ley Bases pasó lo mismo pero fue muy difícil imponer este punto y acá podría pasar lo mismo.

Uno de los ejemplos más concretos que dio fue el de las indemnizaciones. Señaló que, si se aprueba el nuevo régimen, podría aplicarse incluso a trabajadores con mucha antigüedad cuyo despido ocurra después de la entrada en vigencia de la ley. “Alguien que trabaja hace diez años y es despedido en un año y medio, va a tener el cálculo del nuevo régimen. Eso implica un abaratamiento muy grande del despido”, explicó.

Ese abaratamiento también aparece en la base de cálculo: hoy incluye el sueldo bruto más rubros que se pagan periódicamente, como el aguinaldo. Pero el proyecto elimina todo lo que esté por fuera del sueldo bruto. “Esto significa una reducción muy significativa del monto indemnizatorio”, afirmó.

Sobre el fondo de asistencia laboral, Benzion fue directa: “Serían los propios trabajadores los que terminarían subsidiando sus despidos”. Detalló que ese fondo no es un aporte extra del empleador, sino una detracción de las contribuciones destinadas a financiar la seguridad social. Para la especialista, la reforma presenta este mecanismo como una solución moderna, cuando en realidad “traslada costos del empleador al trabajador y al Estado”.

Respecto del texto que llegó al Senado, Benzion aseguró que sorprendió incluso a los especialistas: “Es peor que los borradores que circularon antes”. Mencionó, por ejemplo, la prohibición de reclamar reparación integral por los daños derivados de la falta de registración. “Hoy cualquier trabajador puede reclamar judicialmente por todos los daños sufridos. Con el nuevo texto, solo podría cobrar la indemnización tarifada. Nada más. Eso va en contra de la Constitución Nacional”, señaló.

Sobre el banco de horas, fue categórica: “Cualquier norma que empiece diciendo que ‘el trabajador podrá acordar voluntariamente con el empleador’ es ficticia”.
“El que trabajó alguna vez en relación de dependencia sabe que no hay negociación real. Funciona como una imposición patronal, y el que no acepta sabe dónde está la puerta”. Además, remarcó que la eliminación del pago obligatorio de horas extra quita una de las protecciones más básicas de la legislación vigente.

En términos generales, Benzion remarcó la función del derecho laboral como herramienta de equilibrio: “Este proyecto desconoce la menor capacidad de negociación del trabajador y la razón de ser de las normas laborales”. Para la abogada, permitir que cada empleado negocie individualmente su contrato “es volver al siglo XVIII”.

“Implica una transferencia de ingresos del bolsillo del trabajador al del empleador, presentada como modernización. Pero lo que hace es retroceder hacia un pasado que ya habíamos superado”, concluyó.

HAY CASTAS QUE NO SE TOCAN; POR MARCELO VENERANDA

HAY CASTAS QUE NO SE TOCAN; POR MARCELO VENERANDA

Milei volvió al país y firmó el proyecto de reforma laboral. Pero lo que apareció no fue exactamente la reforma que se venía anticipando: llegó otra, distinta, inesperada incluso para parte del propio oficialismo.

“Es necesaria una reforma laboral”, aclaró Marcelo Veneranda al comenzar su editorial semanal en El que calla otorga . Y agrega: “Todos conocemos alguna pyme que tuvo que cerrar por un juicio laboral o que podría contratar más gente y no lo hace por el riesgo que implica. Además, hace 13 años que no se crea trabajo formal”.

Los números acompañan ese diagnóstico. Desde 2012, la población crece y los trabajadores formales decrecen. Solo desde noviembre de 2023 hasta hoy se perdieron 200 mil empleos registrados.
Los nuevos trabajos que aparecen están, mayormente, del lado del cuentapropismo, de la informalidad o del autoempleo precarizado.

En este contexto se discute la reforma laboral.

Un informe reciente del Instituto Gino Germani fue aún más contundente: 7 de cada 10 trabajadores no llegan a cubrir una canasta básica. No alcanzan al millón de pesos. Entre los formales, el 58% está por debajo de ese piso; entre los informales, la cifra sube al 88%. La canasta básica hoy ronda los 1.200.000 pesos.

 

“Por eso decimos: hace falta una reforma laboral”, sostuvo Veneranda. “Era una discusión que el peronismo en el poder tenía que dar. Probablemente una reforma progresiva, ampliando derechos. Pero el peronismo no lo hizo”.

Por lo bajo, muchos sindicalistas admitían que si esa reforma avanzaba podían perder afiliados.
Y así, con el tema encapsulado durante años, la reforma terminó en manos de un gobierno liberal que ahora avanza donde otros no quisieron avanzar.

“Ahora, esa reforma que el peronismo no quiso discutir la va a hacer un Gobierno liberal, y a llorar al campito los que se durmieron”.

¿Qué propone la reforma?

El proyecto que ingresó tiene puntos críticos:

Rediseño del cálculo de indemnizaciones: ya no sobre los sueldos más altos, sino sobre un promedio que excluye aguinaldo y complementarios.

Remuneraciones ya no solo en pesos: A partir de ahora, puede pagarse tanto en moneda extranjera como también con alimentos o vivienda.

Jornadas laborales flexibles, no necesariamente de ocho horas.

Vacaciones fraccionadas.

Más actividades consideradas esenciales, lo que reduce el margen para ejercer el derecho a huelga.

¿Fin de la cuota sindical? No. Esa parte, que afecta directamente a la caja de los gremios, quedó afuera. No se toca. El Gobierno ya perdió esa batalla en el proyecto anterior y el oficialismo decidió no insistir.

“La parte que afecta los derechos de los trabajadores, sí se trata. La que afecta la caja de la casta sindical, no”. destacó Veneranda.

Ese recorte despertó una interna feroz dentro del propio gobierno. De un lado, Patricia Bullrich y Federico Sturzenegger querían avanzar contra los sindicatos; del otro, Martín Menem y Santiago Caputo cerraron filas para no abrir un conflicto frontal con el sindicalismo.

“Son maravillas de un Gobierno con una lógica propia”, ironizó Veneranda. “Cuando el Gobierno se queda sin nadie para pelear, se pelea puertas adentro. Pero eso sí: hay castas que no se tocan”.

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EL CIRCO DE FIN DE AÑO; POR MARCELO VENERANDA

EL CIRCO DE FIN DE AÑO; POR MARCELO VENERANDA

En su editorial en  El que calla otorga , Marcelo Veneranda analizó la caótica jornada política que dejó la jura de diputados y legisladores esta semana, un verdadero “circo de fin de año”.

 Todo comenzó con una escena que se volvió viral en minutos: el comentario de Gerardo Cipolini, el diputado radical que presidía la sesión por ser el de mayor edad, cuando al ver acercarse a la diputada Rosario Goitia se escuchó claramente: “Che, qué buena que está”. La frase se repitió cuando fue el turno de las diputadas María Graciela de la Rosa y con Mónica Becerra. El episodio continuó cuando Cecilia Moreau lo increpó en el recinto. Cipolini, lejos de reconocer lo sucedido, eligió escudarse en una excusa insólita: dijo que él no había dicho nada y que se trataba de “avances tecnológicos que lo habían hecho decir cosas que no salieron de su boca”.

Pero el episodio fue apenas la puerta de entrada a una sesión dominada por los gritos, los insultos y la tensión. Cada jura de un diputado kirchnerista o de izquierda desató reacciones inmediatas: silbidos, interrupciones, chicanas. Y en medio de esa batalla constante, Lilia Lemoine se destacó insultando a los gritos cada vez que se acercaba un opositor a jurar. Una escena que hacía casi imposible seguir la ceremonia.

Ese mismo clima se replicó horas después en la Legislatura bonaerense, donde la jornada se transformó en un espectáculo aún más desordenado. La sesión arrancó a las 23.45 para tratar el endeudamiento de 3.600 millones de dólares solicitado por Axel Kicillof. Lo que siguió fue un cuarto intermedio que estiró el debate hasta la madrugada y terminó con la aprobación del endeudamiento, a cambio de la entrega del directorio del Banco Provincia, una silla muy codiciada en el ámbito político.

La Libertad Avanza denunció la ingominia del acuerdo, aún cuando el Gobierno nacional tomó 40 mil millones de dólares de deuda en apenas seis meses.

“En torno a estos circos estamos despidiendo el año”, reflexionó Veneranda, aludiendo a la sucesión de espectáculos escandalosos.

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