GUSTAVO MARANGONI: «SI A MILEI LE VA BIEN, EL PERONISMO ESTÁ MUY LEJOS DE SER UNA ALTERNATIVA PARA 2027»

GUSTAVO MARANGONI: «SI A MILEI LE VA BIEN, EL PERONISMO ESTÁ MUY LEJOS DE SER UNA ALTERNATIVA PARA 2027»

En esta edición de El que calla otorga conversamos con el politólogo Gustavo Marangoni, quien analizó los resultados electorales y las nuevas coordenadas del mapa político argentino.

En diálogo con Marcelo Veneranda, el analista planteó que el voto estuvo atravesado por dos tipos de miedo: el miedo al pasado y el miedo al futuro.
“El Gobierno planteó la legislativa como un plebiscito en el cual no había que regresar al populismo kirchnerista —explicó—. No importa el nivel de coherencia intelectual, lo que importa en estas narrativas es si funcionan como artefacto político, y evidentemente a una parte del electorado le sirvió”.

Según Marangoni, el electorado más blando actuó por temor a un escenario de crisis inmediata: “Muchos que habían votado a Milei en 2023 y ya no estaban tan conformes, temían qué pasaba si el Gobierno perdía el lunes. Era demasiado temprano para lágrimas”.
En ese sentido, describió a los votantes argentinos como un electorado “quirúrgico”, capaz de apoyar a oficialismos provinciales y nacionales sin ver contradicciones.

Respecto de la oposición, el politólogo observó que el peronismo “arrastra problemas en el interior del país” y que, aunque conserva un bloque de 99 diputados y 28 senadores, “está lejos de ser una alternativa para 2027 si a Milei le va bien”.
“La política nacional —resumió— sigue estructurada en torno a dos culturas: la del peronismo y la del no peronismo. Gana el que no se divide y el que tiene una jefatura clara. Hoy, quien la tiene es el no peronismo, con un liderazgo atípico de rasgos plebeyos”.

Sobre las tensiones internas del PJ, analizó la puja entre Cristina Fernández de Kirchner y Axel Kicillof: “Esa interna latente se expresó simbólicamente en el baile de Cristina en el balcón: tenía un solo espectador, y era Axel Kicillof”.

Finalmente, el politólogo recordó que “ganar una elección es muy importante, pero no lo es todo. En la política se necesitan más destrezas para administrar las victorias que las derrotas».

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MAYRA ARENA: «LA RELACIÓN CON ESTADOS UNIDOS DEBE PRESERVARSE, LO QUE HAY QUE CAMBIAR SON LOS ACUERDOS DE ESA RELACIÓN»

MAYRA ARENA: «LA RELACIÓN CON ESTADOS UNIDOS DEBE PRESERVARSE, LO QUE HAY QUE CAMBIAR SON LOS ACUERDOS DE ESA RELACIÓN»

Mayra Arena es consultora, analista y referente social. En esta edición de Cata de Noticias,, visitó los estudios de Radio con Vos y mantuvo una interesante conversación con Cata de Elía, en la que analizó el presente que atraviesa nuestro país, la coyuntura política y la delicada situación que se vive en las clases medias y bajas.

Durante la charla, Arena advirtió sobre “las nuevas formas de marginalidad” que emergen a partir del empobrecimiento de amplios sectores de la clase media: “No vamos a ser tan iguales a Latinoamérica porque hay una diferencia entre ser pobre o empobrecido. No es lo mismo haber sido siempre pobre que ser empobrecido. A ser pobre se aprende, no es fácil”, señaló.

También reflexionó sobre la soledad, la salud mental y los límites sociales de la pobreza: “Cuando la sociedad te deja de mirar como persona, porque te evita, entramos en grados de no reversibilidad. Hay personas que ya no vas a poder sacar de la calle”.

En el plano político, Arena destacó la gestión del gobernador bonaerense Axel Kicillof: “En el interior de la provincia veo gestión, veo laburo. Faltan un montón de cosas, pero Kicillof es alguien que hasta los que no lo quieren les parece honesto, y eso es un valor para un gran sector de la sociedad”.

Por otro lado, sobre Cristina Fernández de Kirchner y la interna dentro del peronismo, la analista sostuvo que “quizás en los últimos años perdió la visión de estadista”, aunque reconoció la importancia del liderazgo que conserva en la escena nacional: “El sector que no ganó tiene a Cristina, el ancho de espada. Es un personaje de la historia política reciente tan imponente que no le ganás así nomás con unas legislativas de medio término”.

Por último, analizó la relación de Argentina con Estados Unidos desde una mirada geopolítica: “La relación con Estados Unidos debe preservarse, lo que hay que cambiar son los acuerdos de esa relación. Una cosa es una relación entreguista y otra societaria, y la de Milei es entreguismo puro. Hay que volver a sentarse en la mesa de los grandes, recuperar soberanía y reingresar a los BRICS”, subrayó.

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MARCELO FALAK: «EL 26 DE OCTUBRE ES UNA PRUEBA YA MUY AGÓNICA PARA EL GOBIERNO»

MARCELO FALAK: «EL 26 DE OCTUBRE ES UNA PRUEBA YA MUY AGÓNICA PARA EL GOBIERNO»

En esta edición de Asuntos Públicos conversamos con Marcelo Falak, periodista y analista político, autor del newsletter diario en Letra P, Despertar

En diálogo con Pablo MaasMabel Thwaites Rey, Falak analizó el escenario abierto tras las elecciones bonaerenses y lo que se juega en las legislativas nacionales de octubre.
«El 26 de octubre es una prueba ya muy agónica para el Gobierno después del resultado de septiembre», afirmó.

El analista advirtió sobre el riesgo que implicó para la Casa Rosada plebiscitar la gestión en un contexto de crisis económica y política: «El Gobierno adoptó un discurso antiperonista que no había tenido en la campaña del 23 para fidelizar al votante de centroderecha, pero esa apuesta terminó resultando equivocada».

En cuanto al peronismo, señaló que sigue siendo un actor central de la política argentina: «Nadie saca un porcentaje como el que sacó Kicillof en medio de una gestión calamitosa. No le salió al Gobierno la apuesta grandilocuente de clavarle el último clavo al ataúd, el peronismo es un hecho histórico desde 1945 hasta acá y lo seguirá siendo».

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EL INOPORTUNO DESPIDO DE 24 POLICÍAS Y EL OPORTUNISMO DE LA LIBERTAD AVANZA; POR CECILIA DI LODOVICO

EL INOPORTUNO DESPIDO DE 24 POLICÍAS Y EL OPORTUNISMO DE LA LIBERTAD AVANZA; POR CECILIA DI LODOVICO

Inoportuno.
En política, hay un factor que puede marcar la diferencia entre una victoria y una derrota: el tiempo.
Manejar los tiempos con inteligencia puede desactivar una bomba… o hacerla estallar.

Esto lo supo bien Cristina Kirchner, que se postuló como candidata en las elecciones legislativas de septiembre, justo antes de que la Corte Suprema confirmara su condena. Hoy cumple prisión domiciliaria con tobillera electrónica.
Esa habilidad para jugar con el calendario parece haber desaparecido en el gobierno bonaerense, que firmó el desplazamiento de 24 policías acusados de organizarse políticamente en favor de Maximiliano Bondarenko, ex policía y flamante candidato de La Libertad Avanza. Un completo desconocido hasta entonces para la mayoría de la opinión pública.

¿Se puede ser más inoportuno?

Con una sola firma, la administración de Axel Kicillof le regaló a la oposición el mejor spot de campaña.
La tropa de Patricia Bullrich se enteró por los diarios y, con la velocidad de tiburones que huelen sangre, saltaron sobre el tema. Lograron victimizar no solo a los policías expulsados, sino también al propio Bondarenko, que incluso se quebró en vivo. Esa imagen fue la frutilla del postre.

Pocos se detienen a preguntarse si, en efecto, la delegación completa de la Superintendencia de la Policía Ecológica —donde prestaban funciones los acusados— hacía espionaje o militancia partidaria con recursos provinciales para beneficiar a La Libertad Avanza. O si Bondarenko preparaba un complot.
La discusión ya se corrió de eje.

Se puede decir que al equipo de Kicillof no solo le salió el tiro por la culata, sino que además se disparó en el pie.
Hay una investigación judicial y otra administrativa en curso. Es probable que, eventualmente, los agentes terminen fuera de la fuerza. Pero otra vez, el factor tiempo juega en contra del oficialismo y a favor de la oposición: La Libertad Avanza ya planea poner abogados a cada uno de los policías para embarrar la cancha y estirar la causa por años.

Todo esto ocurre mientras otra polémica envuelve al kirchnerismo: la propuesta del senador Oscar Parrilli de prohibirles a los policías el uso del baño del Congreso. Una idea tan innecesaria como inoportuna, que le dio letra a la oposición durante días y volvió a mostrar al oficialismo corriendo detrás de la agenda.

Escuchá la columna de Cecilia Di Lodovico acá

EL CASO THIAGO CORREA Y LA FALTA DE RESPUESTAS; POR CECILIA DI LODOVICO

EL CASO THIAGO CORREA Y LA FALTA DE RESPUESTAS; POR CECILIA DI LODOVICO

Finalmente, la Justicia decidió liberar al policía responsable de la muerte de Thiago Correa, el nene de 7 años baleado en la cabeza mientras esperaba el colectivo en una parada de Ciudad Evita.

La determinación judicial deja una sensación de desolación total. Primero, ante la inseguridad. Después, frente a las ambiciones políticas que terminaron por devorar cualquier atisbo de humanidad.

Antes de que su muerte fuera oficialmente confirmada, Thiago pasó de ser una víctima a convertirse en rehén de la disputa entre Nación y Provincia. De un lado, la inoperancia de Kicillof ante una crisis de seguridad evidente; del otro, la fría reacción de Bullrich, más preocupada por capitalizar el hecho que por comprender su gravedad.

Según el lugar que se ocupe en la grieta, una verdad tapa a la otra. Pero ambas verdades —el descontrol policial y el abandono estatal— conviven en una dolorosa armonía.

Nadie cree que el policía Facundo Fajardo haya querido matar a un nene. Pero tampoco hay dudas de que actuó con una irresponsabilidad inaceptable. Su deber era proteger, y en cambio vació el cargador sobre una amenaza que ya escapaba. Terminó matando a un inocente.

El juez y el fiscal coinciden en que hubo un exceso en la legítima defensa: un homicidio. Para el juez, sin intención. Para el fiscal, con conocimiento de que disparar de ese modo podía terminar en tragedia.

En cuanto a los delincuentes que lo asaltaron, aquellos a quienes Bullrich intentó responsabilizar por la muerte de Thiago, seguirán detenidos, imputados por tentativa de robo agravado. Podrían recibir hasta diez años de prisión.

Fajardo, en cambio, irá a juicio en libertad. Una de cal y una de arena para él. El juicio definirá su futuro mientras carga con el peso de una vida que no podrá devolver, como su padre cargó a Thiago en brazos durante sus siete años.

Nada de lo que digan sus defensores o detractores en el mundo de la política podrá cambiar eso.

Mientras tanto, los padres de Thiago —los únicos que no eligieron estar en esta guerra— suplican por una justicia sin grietas para su hijo.

Escuchá la columna de Cecilia Di Lodovico acá

 

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