CYNTHIA BENZION: «ESTA REFORMA LABORAL ES INCLUSO PEOR QUE LOS BORRADORES QUE CIRCULARON ANTES»

CYNTHIA BENZION: «ESTA REFORMA LABORAL ES INCLUSO PEOR QUE LOS BORRADORES QUE CIRCULARON ANTES»

El tema que va a dominar la agenda de fin de año es, sin dudas, la reforma laboral. El Gobierno busca aprobarla antes de cerrar el año, al menos en el Senado, aunque por los tiempos legislativos eso ya parece difícil. Aun así, todo indica que la discusión seguirá abierta durante los próximos meses. Y si bien el oficialismo la presenta como “modernización laboral”, merecería un debate mucho más profundo que el que se está habilitando.

En esta edición de El que calla otorga , convocamos a Cynthia Benzion, abogada laboralista, expresidenta e integrante de la Asociación de Abogados y Abogadas Laboralistas (AAL). Reconocida por su experiencia en temas de derecho laboral, Benzion es una de las voces más consultadas para entender los alcances de las reformas propuestas en el ámbito laboral.

En diálogo con Marcelo Veneranda, Benzion aclaró que, en principio, : “Este proyecto no tiene definición respecto de su aplicación temporal. Cuando una ley no dice a partir de cuándo entra en vigencia ni si aplica para atrás, se entiende que no es retroactiva y que solo podría ser aplicada a las relaciones que surjan después de esta ley”. Sin embargo, aclaró que con la Ley Bases pasó lo mismo pero fue muy difícil imponer este punto y acá podría pasar lo mismo.

Uno de los ejemplos más concretos que dio fue el de las indemnizaciones. Señaló que, si se aprueba el nuevo régimen, podría aplicarse incluso a trabajadores con mucha antigüedad cuyo despido ocurra después de la entrada en vigencia de la ley. “Alguien que trabaja hace diez años y es despedido en un año y medio, va a tener el cálculo del nuevo régimen. Eso implica un abaratamiento muy grande del despido”, explicó.

Ese abaratamiento también aparece en la base de cálculo: hoy incluye el sueldo bruto más rubros que se pagan periódicamente, como el aguinaldo. Pero el proyecto elimina todo lo que esté por fuera del sueldo bruto. “Esto significa una reducción muy significativa del monto indemnizatorio”, afirmó.

Sobre el fondo de asistencia laboral, Benzion fue directa: “Serían los propios trabajadores los que terminarían subsidiando sus despidos”. Detalló que ese fondo no es un aporte extra del empleador, sino una detracción de las contribuciones destinadas a financiar la seguridad social. Para la especialista, la reforma presenta este mecanismo como una solución moderna, cuando en realidad “traslada costos del empleador al trabajador y al Estado”.

Respecto del texto que llegó al Senado, Benzion aseguró que sorprendió incluso a los especialistas: “Es peor que los borradores que circularon antes”. Mencionó, por ejemplo, la prohibición de reclamar reparación integral por los daños derivados de la falta de registración. “Hoy cualquier trabajador puede reclamar judicialmente por todos los daños sufridos. Con el nuevo texto, solo podría cobrar la indemnización tarifada. Nada más. Eso va en contra de la Constitución Nacional”, señaló.

Sobre el banco de horas, fue categórica: “Cualquier norma que empiece diciendo que ‘el trabajador podrá acordar voluntariamente con el empleador’ es ficticia”.
“El que trabajó alguna vez en relación de dependencia sabe que no hay negociación real. Funciona como una imposición patronal, y el que no acepta sabe dónde está la puerta”. Además, remarcó que la eliminación del pago obligatorio de horas extra quita una de las protecciones más básicas de la legislación vigente.

En términos generales, Benzion remarcó la función del derecho laboral como herramienta de equilibrio: “Este proyecto desconoce la menor capacidad de negociación del trabajador y la razón de ser de las normas laborales”. Para la abogada, permitir que cada empleado negocie individualmente su contrato “es volver al siglo XVIII”.

“Implica una transferencia de ingresos del bolsillo del trabajador al del empleador, presentada como modernización. Pero lo que hace es retroceder hacia un pasado que ya habíamos superado”, concluyó.

HAY CASTAS QUE NO SE TOCAN; POR MARCELO VENERANDA

HAY CASTAS QUE NO SE TOCAN; POR MARCELO VENERANDA

Milei volvió al país y firmó el proyecto de reforma laboral. Pero lo que apareció no fue exactamente la reforma que se venía anticipando: llegó otra, distinta, inesperada incluso para parte del propio oficialismo.

“Es necesaria una reforma laboral”, aclaró Marcelo Veneranda al comenzar su editorial semanal en El que calla otorga . Y agrega: “Todos conocemos alguna pyme que tuvo que cerrar por un juicio laboral o que podría contratar más gente y no lo hace por el riesgo que implica. Además, hace 13 años que no se crea trabajo formal”.

Los números acompañan ese diagnóstico. Desde 2012, la población crece y los trabajadores formales decrecen. Solo desde noviembre de 2023 hasta hoy se perdieron 200 mil empleos registrados.
Los nuevos trabajos que aparecen están, mayormente, del lado del cuentapropismo, de la informalidad o del autoempleo precarizado.

En este contexto se discute la reforma laboral.

Un informe reciente del Instituto Gino Germani fue aún más contundente: 7 de cada 10 trabajadores no llegan a cubrir una canasta básica. No alcanzan al millón de pesos. Entre los formales, el 58% está por debajo de ese piso; entre los informales, la cifra sube al 88%. La canasta básica hoy ronda los 1.200.000 pesos.

 

“Por eso decimos: hace falta una reforma laboral”, sostuvo Veneranda. “Era una discusión que el peronismo en el poder tenía que dar. Probablemente una reforma progresiva, ampliando derechos. Pero el peronismo no lo hizo”.

Por lo bajo, muchos sindicalistas admitían que si esa reforma avanzaba podían perder afiliados.
Y así, con el tema encapsulado durante años, la reforma terminó en manos de un gobierno liberal que ahora avanza donde otros no quisieron avanzar.

“Ahora, esa reforma que el peronismo no quiso discutir la va a hacer un Gobierno liberal, y a llorar al campito los que se durmieron”.

¿Qué propone la reforma?

El proyecto que ingresó tiene puntos críticos:

Rediseño del cálculo de indemnizaciones: ya no sobre los sueldos más altos, sino sobre un promedio que excluye aguinaldo y complementarios.

Remuneraciones ya no solo en pesos: A partir de ahora, puede pagarse tanto en moneda extranjera como también con alimentos o vivienda.

Jornadas laborales flexibles, no necesariamente de ocho horas.

Vacaciones fraccionadas.

Más actividades consideradas esenciales, lo que reduce el margen para ejercer el derecho a huelga.

¿Fin de la cuota sindical? No. Esa parte, que afecta directamente a la caja de los gremios, quedó afuera. No se toca. El Gobierno ya perdió esa batalla en el proyecto anterior y el oficialismo decidió no insistir.

“La parte que afecta los derechos de los trabajadores, sí se trata. La que afecta la caja de la casta sindical, no”. destacó Veneranda.

Ese recorte despertó una interna feroz dentro del propio gobierno. De un lado, Patricia Bullrich y Federico Sturzenegger querían avanzar contra los sindicatos; del otro, Martín Menem y Santiago Caputo cerraron filas para no abrir un conflicto frontal con el sindicalismo.

“Son maravillas de un Gobierno con una lógica propia”, ironizó Veneranda. “Cuando el Gobierno se queda sin nadie para pelear, se pelea puertas adentro. Pero eso sí: hay castas que no se tocan”.

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EL CIRCO DE FIN DE AÑO; POR MARCELO VENERANDA

EL CIRCO DE FIN DE AÑO; POR MARCELO VENERANDA

En su editorial en  El que calla otorga , Marcelo Veneranda analizó la caótica jornada política que dejó la jura de diputados y legisladores esta semana, un verdadero “circo de fin de año”.

 Todo comenzó con una escena que se volvió viral en minutos: el comentario de Gerardo Cipolini, el diputado radical que presidía la sesión por ser el de mayor edad, cuando al ver acercarse a la diputada Rosario Goitia se escuchó claramente: “Che, qué buena que está”. La frase se repitió cuando fue el turno de las diputadas María Graciela de la Rosa y con Mónica Becerra. El episodio continuó cuando Cecilia Moreau lo increpó en el recinto. Cipolini, lejos de reconocer lo sucedido, eligió escudarse en una excusa insólita: dijo que él no había dicho nada y que se trataba de “avances tecnológicos que lo habían hecho decir cosas que no salieron de su boca”.

Pero el episodio fue apenas la puerta de entrada a una sesión dominada por los gritos, los insultos y la tensión. Cada jura de un diputado kirchnerista o de izquierda desató reacciones inmediatas: silbidos, interrupciones, chicanas. Y en medio de esa batalla constante, Lilia Lemoine se destacó insultando a los gritos cada vez que se acercaba un opositor a jurar. Una escena que hacía casi imposible seguir la ceremonia.

Ese mismo clima se replicó horas después en la Legislatura bonaerense, donde la jornada se transformó en un espectáculo aún más desordenado. La sesión arrancó a las 23.45 para tratar el endeudamiento de 3.600 millones de dólares solicitado por Axel Kicillof. Lo que siguió fue un cuarto intermedio que estiró el debate hasta la madrugada y terminó con la aprobación del endeudamiento, a cambio de la entrega del directorio del Banco Provincia, una silla muy codiciada en el ámbito político.

La Libertad Avanza denunció la ingominia del acuerdo, aún cuando el Gobierno nacional tomó 40 mil millones de dólares de deuda en apenas seis meses.

“En torno a estos circos estamos despidiendo el año”, reflexionó Veneranda, aludiendo a la sucesión de espectáculos escandalosos.

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GUIDO MOSCOSO: «LA GENTE PIENSA QUE LA ECONOMÍA VA A REPUNTAR Y CONFÍA EN LA AGENDA DEL GOBIERNO»

GUIDO MOSCOSO: «LA GENTE PIENSA QUE LA ECONOMÍA VA A REPUNTAR Y CONFÍA EN LA AGENDA DEL GOBIERNO»

 En esta edición de El que calla otorga convocamos a Guido Moscoso, Gerente de Opinión Pública de Opinaia, para interpretar el clima social y político: pasadas las elecciones, el Gobierno alcanzó un pico de imagen que logró sostenerse, aun cuando crecieron con fuerza las preocupaciones de los argentinos.

Un reciente estudio de Opinaia muestra un dato central.: el desempleo se convirtió en la principal preocupación, alcanzando el 53% y desplazando del podio a la inflación y a la inseguridad. Ante este escenario, invitamos a Moscoso para entender cómo se reconfigura la agenda ciudadana y qué factores explican la particular relación entre evaluación económica y expectativas hacia el gobierno de Javier Milei.

“Lo que estamos viendo es que la preocupación por la inflación viene descendiendo y hoy aparecen otras problemáticas. Dentro de ellas, el desempleo parece consolidarse en el podio”, explicó Moscoso en diálogo con Marcelo Veneranda.

Según señaló Guido, este temor no se explica por un deterioro abrupto de las cifras oficiales: “Los números del desempleo siguen estables y no muestran un problema grave. Pero hay tres dimensiones que alimentan esta percepción”.

La primera tiene que ver con la falta de trabajo, aun sin evidencia estadística de un salto en los despidos. La segunda se relaciona con la calidad del empleo disponible, marcada por salarios que no alcanzan y el crecimiento del pluriempleo: “Muchas personas necesitan más de un trabajo para sostener un nivel de vida razonable”. La tercera dimensión es la percepción del entorno: “Todos conocen a alguien que perdió o que está por perder su trabajo. Esa fragilidad se contagia”.

Moscoso destacó que los problemas que encabezan la agenda ciudadana “no necesariamente se conectan con la popularidad de un gobierno”, pero en este momento particular sí confluyen factores que sostienen el apoyo a Milei. Entre ellos, mencionó la contundente victoria electoral, la falta de renovación en la oposición, y la persistencia de expectativas económicas favorables.

“Cuando la gente piensa que la economía va a repuntar y confía en la agenda del Gobierno, eso genera que la valoración de Milei sea positiva”, analizó. Si bien el 2025 mostró momentos de turbulencias en las expectativas, Guido afirmó que “después de octubre, esos fantasmas se disiparon y volvemos a un escenario más optimista”.

Sin embargo, esa visión convive con una paradoja: la evaluación del presente económico es muy negativa, mientras que las expectativas a futuro siguen siendo positivas. Para Moscoso, este es uno de los rasgos más particulares del ciclo actual: “El Gobierno logra compatibilizar una evaluación negativa del presente con una expectativa favorable del futuro”.

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DANIEL ROSATO: «TENEMOS PROPUESTAS PARA TRATAR CON EL GOBIERNO, PERO NADIE NOS RECIBE»

DANIEL ROSATO: «TENEMOS PROPUESTAS PARA TRATAR CON EL GOBIERNO, PERO NADIE NOS RECIBE»

Daniel Rosato, empresario industrial, Presidente de Industriales Pymes Argentinas (IPA) y Vicepresidente de la Unión Industrial de Berazategui, alertó sobre el cierre creciente de fábricas y reclamó que el Gobierno reciba a las Pymes para discutir medidas de competitividad.

En una semana marcada por el cierre de plantas como Whirlpool, SKF, Cramaco y Essen, Rosato conversó con Marcelo Veneranda en El que calla otorga para analizar la situación crítica del sector y el impacto del aumento de importaciones en la industria nacional.

El empresario advirtió que “noviembre es un mes difícil” porque la economía atraviesa “un proceso recesivo que está en aumento”. Según explicó, la apertura comercial generó una dinámica que termina golpeando a las fábricas locales: “Las importaciones aumentaron un 34% contra un 17% de las exportaciones, y esta apertura complica la producción nacional”.

En referencia al panorama dentro de IPA, Rosato señaló que la incertidumbre es total: “Tenemos muchas empresas que están esperando para ver si continúan o dejan. Hay empresas que no pueden aguantar la falta de financiamiento, cuando tenés que pagar salarios produciendo a menos de la mitad”, expresó, y resumió la situación con crudeza: “Los números no cierran”.

De cara a los próximos meses, Rosato fue contundente: “De acá a marzo la situación va a empeorar y mucho. Si la situación no se revierte, necesitamos cambios que generen competitividad para la industria en el país”.

Consultado por las causas de fondo, el empresario habló de un problema estructural: “La raíz es que tenemos altos costos. Somos caros en dólares, con costos impositivos, energéticos, y laborales que no hacen a la competitividad”. Sumó además la presión de impuestos distorsivos como Ingresos Brutos o el Impuesto al Cheque.

En ese marco, cuestionó que el Gobierno aún no los haya recibido: “Pedimos reunión y no la estamos teniendo. Es un error del Gobierno que no nos reciba”, enfatizó. Rosato explicó que IPA elaboró un proyecto alternativo al RIGI: “Armamos un proyecto que se llama RIPI, como el RIGI pero para las Pymes. Queremos tratarlo con el Gobierno, pero nadie nos recibe”.

Respecto del cuadro general, consideró que los problemas no afectan solo a las pequeñas y medianas empresas: “Las grandes empresas también están con problemas. Hay sectores muy castigados y eso genera un efecto dominó en toda la industria”. Y advirtió que la caída de actividad tendrá consecuencias fiscales: “Al Gobierno le cae la recaudación por la caída del mercado interno. Si cierran fábricas, hay más despidos y cae el consumo”.

En ese sentido, planteó que la prioridad debe ser reactivar el mercado interno a través de la producción: “Tenemos que pensar cómo motorizar la producción nacional. Hay que hacer lo que hace EE.UU.”, dijo, recordando que “Trump aumentó aranceles para defender su industria” ante la competencia china. “Es imposible competir con un país que subsidia sus producciones. China ya se autoabastece y subsidia lo que exporta”, advirtió.

 

Sobre el capítulo laboral, Rosato también reclamó previsibilidad: “La industria necesita seguridad jurídica. Un empleador tiene que tomar a un trabajador sin pensar que va a tener problemas el día de mañana” Por eso, sostuvo que “hay que bajar los costos laborales, que son las cargas sociales”.

“Lo que una Pyme necesita es financiamiento: oxígeno para pagar salarios y aguinaldos. Un crédito blando, no al 40%”, sintetizó.

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